Gestos entreverados aparecen como escarchas flotantes entre mazmorras
Verla, compartirla, escucharla en los momentos más inesperados, en los modos más inusuales.
Un detalle a los pies que se mueven. Todas las formas de pie. Todas las formas de dedos. La fisonomía de la planta: sin puente, con puente. El maquillaje diverso de las uñas. Atrás, todos los escenarios posibles, infinitas texturas se suceden una tras otra como fondo de ese cuadro en el que unos pies se mueven.
Jugar a ser ese poema andante, danzante, transformante. Salir de la abstracción de la mente y de la virtualidad del pensamiento para ser inspiración, acción, poesía, magia encarnada. Encantamientos que se viven con el fervor de la imaginación al mando. ¿Detalles improbables en una noche de fuego? ¿Abrazos que atraviesan todas las capas de los cuerpos sutiles? ¿Miradas que desarman?
Todo esto es poesía en movimiento. Danzarse los bosques. Caminar bajo la lluvia. Leer el periódico defecando en el sanitario. Depositar las heces directamente en un hueco, en la tierra. Alimentarse de los árboles frutales que están cerca de la casa. Detenerse en la prisa a respirar. Un hocico de perro asomándose por el hueco de una pared. Un señor sentado bajo la arboleda, que brinda sus manifiestos sin el menor remilgo. Dejar de hacer lo que estás haciendo para salir a dar una vuelta al atardecer, observar la transformación cromática del cielo, deleitarse con el rosa, naranja, dorado de las nubes.
A decir verdad, Isabel Fraire lo expresa mejor:
8 ½ | Isabel Fraire (México)
No es cuestión de hacer un esfuerzo y de ir en contra de la corriente…
Con lo cual no sé lo que quiero decir
Con lo cual no sé
Con lo cual…
No es cuestión
De hacer más
No es cuestión
Tampoco
De dejar brillar la luna y contemplarla
A solas
A secas
No es cuestión
No
De danzar una ronda interminable de caretas y gestos dirigidos
Ni de inventar el pétalo en que tiemble
De nuevo
La primera gota de rocío
Sí
No
Sí
Abrirse ¡pero cómo!
Como una flor tocada por la luz
Desentrañar gritar buscar abrir cerrar
Buscar
Unos labios y en los labios
Lo que ya sabemos
Y se pierde
No es cuestión de
Esperar
La aparición de un dios
En el lugar insólito
En Gomorra incendiada
En Sodoma
En el centro mismo de un corazón que ignora
En el nuevo relámpago
De luces mercuriales
O de ojos que brillan
Que buscan
Que prometen
Ojos que son tal vez quién sabe
El reflejo de una nada que se busca
Se excede
Y se proyecta
En una sombra inmensa
En su contrario absurdo
En un total
Un todo
Un Todo
Tan inalcanzable e incomprensible
Como la nada misma
El Absoluto
Reverso de sí mismo
Y un andar y un andar
De hormigas careando
De huestes siempre infieles
De torturas y goces
Incompletos
Y un andar
Un
Andar andar andar
Ya veo
Qué veo
Me veo
Y veo lo mismo
Y
Nada
No era
Después de todo
Lo que yo quería decir
Sino
“la marquesa salió a las cinco”
Sólo que para poder salir a las cinco
La marquesa
Tuvo que regresar al vientre de su madre y volver a salir
Pero sin esfuerzo
Sí
Sin esfuerzo
Porque yo y tú
Somos la luna
Y por eso brillamos
Sin esfuerzo
Y si no lo crees mírate brillando sin saberlo
__
Poema maravilla. Antologado por Octavio Paz en lo que se llamó, precisamente, “poesía en movimiento”, aparecido en 1966.
PARA EXPANDIR
Pies en la tierra:
Danzando en los laureles:
Andante
La tierra para quien la danza
Astro sol
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