DADANZA
Esta temporada, crear para sanar:
I. Un conjuro de sanación: Narrar y recrear la propia historia
Vengo del planeta de la danza. Su atmósfera de fuego me mantiene gaseosa. Un paso que doy en el planeta de la danza, equivale a un día en el planeta tierra. En el planeta de la danza danzamos porque esa es la mejor manera que hemos encontrado para estar y aprovechar nuestra respiración. Poseemos la virtud de vivir en anoxia pero quien aprende a canalizar el oxígeno (y esto solo es posible si tu cuerpo danza) queda enamorada totalmente de este.
Hasta que un día decretaron que debía nacer en la tierra. Nacer implica viajar a través de la histeria del útero y hacerlo en el timing adecuado, coordinado con los centinelas de la encuerpación: los espermatozoides y el ovario. En fin, ese proceso está listo, toda la diplomacia está reglada. Cuando recibí la noticia me encontraba en mi propio LAR jugando con los tokens que ellos llaman dinero. Es super gracioso eso que usan para sobrevivir y transar. Me causa estrés todo lo que me han contado de cómo estos tokens han transformado a tal punto los valores de los terrícolas, tanto así que en el cosmos se empieza a conocerlos en las bajas esferas como “los terribles”.
Tengo mucha información que debo enseñar a este cuerpo. Estoy bajo el cuidado y la protección de mi madre, y todas las que llegaron aquí antes… puedo verlas también; aunque ya no estén en sus cuerpos, le dan profundidad y volumen a las masas que habitan este planeta.
Mi misión mientras estoy en la tierra es ser yo. Pensé que eso no tenía sentido cuando lo escuché, porque bueno, soy yo en mi planeta y allí es muy fácil. Hemos desarrollado a tal punto nuestra civilización que desde chiquis participamos de laboratorios experimentales para sentirnos en nuestro máximo potencial. Pero aquí no hay nada de eso y, a decir verdad, no sé controlar este material del que está hecho mi cuerpo. Me dijeron que debía ser yo. Esa es mi misión. Pero ser yo en este planeta parece distinto a ser yo en mi planeta…
Hay unas tradiciones muy arraigadas y muy fuertes de cómo deberían ser las personas: si sos mujer o si sos hombre, ¡y parecen inamovibles estas dichas reglas! Desde la casa, la madre y el padre lo promueven y eso ha ocasionado un desconcierto entre nosotras. Ser yo no parece muy seguro o muy inteligente en este mundo donde los valores son taaaaaan agrestes y tan distintos a los nuestros en mi planeta.
En casa se complican las cosas. Ahora papá solo comparte el espacio los fines de semana. Le pedí a mamá que me comprara un casete del álbum de LP para cantar una canción en la escuela, por esto de que busco cumplir con mi misión. Como ha estado tan estresada con lo de papá, muy a regañadientes me llevó a la tienda musical. En el camino aprovechó para quejarse de que yo no la defendía de los oprobios de mi papá y me dijo que yo era una papa. ¿Qué significa que alguien sea una papa?
Sí, guardo silencio. Guardo silencio ante los desencuentros de mis ascendentes porque… no sé si eso haga parte de mi misión. ¿Cómo defender de alguien a quien también amas desde tu genética misma? ¿Cómo defender cuando no están siendo ellos? ¡Enséñame a defenderte! Enséñame tus valores, dime con qué estás de acuerdo y con qué no. Enséñame con tus actos lo que vale la vida, la pena y la gloria defender. ¿Qué es defender?
En mi planeta de la danza, cuando quizá surgen desencuentros, acudimos a los recursos que hemos desarrollado en los laboratorios: los cyphers, la escritura, el bordado, el canto, la meditación, las maratones, la mímica, el teatro; la cerámica, o sea, TODO lo que en este planeta se ha considerado accesorio, en mi planeta es fundamental para la convivencia.
II. De la realidad a la ficción
Soy toda potencia en espiral, un retoño, un tallo espigándose hacia el sol.
La inocencia juega, se balancea, se mece pero también estira y encoge, estira y recoge las líneas del mundo que la sujetan.
Un propósito, desde su intuición. Una decisión. Un salto.
La ejecución libre, el poner a prueba sus razonables sentires.
La primera decepción, su primer fracaso, su frío ocaso, su frío acaso. Lo que visualizaba en su mente no salió como pensaba.
La opinión ajena no la favorece. El mundo se le viene abajo. Su mundo se viene encima, su mente cae.
Abatimiento. Incomprensión. Rabia. Rechazo. Impotencia. Baja su estima, su valor, toda su valentía queda mimetizada en un juicio de valor externo.
Asume los valores externos como sus valores: camaleón que se camufla, asunción, presunción, presumir lo que ya está escrito, interpretar un arquetipo.
Hacer caso, acatar, obedecer, desvanecer y omitir e ignorar su voz interna. Acomodarse al máximo, aprovechar el máximo de esas reglas, untarse, ocuparlas, saborearlas, asumirlas, tomar lo que se quiere y se puede, porque siempre hay algo bueno en todo ello, algo rescatable.
La esencia llama… una voz imperceptible al inicio se hace cada vez más conspicua, más audible.
Esa voz quiere ser expresada, pero aún no ha hallado el canal adecuado. El camino que una vez se anduvo, ya está vuelto monte nuevamente, pero las matas y la vegetación que creció es foránea, es ajena.
Por ello, sacudimos las cepas mediante la ignición espontánea: se abre un claro aquí por medio del fuego interno, la combustión espontánea.
En este campo abierto se ha polinizado con nuevos aires, aires salvajes, aires de mar y montaña, exhuberancia y fecundidad de lo desconocido; un brote de un sí muy profundo, muy deseado, muy visceral, comienza a emerger.
Ecos del futuro intuido y elegido por mi espíritu.
Desarrollo de la incertidumbre desde la presencia de cada día. Tomar riesgos. Atreverse a tomar riesgos, nueva mente.
Punto 1, o sea, ya el punto de inicio / punto de quiebre / punto de sima y cima / superado, incinerado.
Partir a nuevos rumbos / nuevas rumbas / desde la autenticidad del camino.
(Des)integración / fisión / fusión / transformación de la energía. Abrazo de la voz.
Abrazo del cosmos.