Este primer ciclo fue embarcarse en una iniciativa poco clara. Los textos previamente concebidos (MAD ERA, ueia ediciones, 2019) eran la materia prima de sugestión para moverse. Con una chispa primordialmente espiritual, el terreno de la madera lisa y semiblanda aparece soñado como “espacio con poderes holográficos”. Este es el símil que encuentro más cercano al imaginario movilizador de los encuentros llamados RENDER.

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Para les participantes, implicó exploraciones del cuerpo en improvisación de movimiento, (re)interpretación, relatoría y narración escrita de ejercicios y movimientos del otro. También pudieron ejecutar e interpretar atmósferas sonoras por medio de exploraciones vocales e instrumentales (darbuka, semillas, coyolera, palo de agua, tun kul). Hubo escucha de poesías como consigna de movimiento.

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Concebido inicialmente como espacio de meditación en movimiento compuesto de segmentos de ejercicios separados y fragmentarios, paulatinamente fue tornándose de intención más tácita, menos determinante, igualmente dirigida.

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El intento ejecutado lunes tras lunes durante dos meses, entre julio 15 y septiembre 16, se desarrolló en la Casa de la Cultura de Santa Elena con seres amigues habitantes del corregimiento, otres de Medellín (occidente y oriente) y algún que otra viajeras de Argentina y Alemania.